La teoría de la diversión

    Hola de nuevo chicas y chicos, ¿cómo va el finde?

    Bueno, pues yo hoy vengo a hablaros de algo que hace poco se comentó en clase y me quedó sorprendida, ya que nunca lo había pensado. Se trata de la teoría de la diversión, originada en 2009 de la mano de Volkswagen, la cual consiste en realizar tareas cotidianas, que llevamos a cabo diariamente, de manera dinámica y divertida, con la finalidad de motivar a la gente. Por ejemplo, subir unas escaleras para cualquiera puede ser algo monótono y aburrido por lo que le incita a coger el ascensor, pero, ¿y si estas escaleras se convirtieran en un piano? Las personas irían más por estas por el simple hecho de ser algo novedoso y divertido, además de hacer ejercicio. 

    Con esta pequeña acción, que para muchos será una ridiculez, se consigue motivar y alegrar el día a cualquiera. Por este motivo es tan importante aplicar el juego y la diversión a nuestras vidas, consiguiendo estar así todos más felices y, por esa regla de tres, transmitiendo ese sentimiento de felicidad a todos. 

    Dicha teoría favorece y promueve la empatía, definida esta como la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona siendo capaces de entender cómo se sienten. Esto es posible gracias a la buena comunicación y relación que tendrían la mayoría de las personas entre ellas, debido a que el juego es el elemento principal para que la gente se conozca. Un claro ejemplo de esto son los niños, porque estando en el patio del colegio o en el parque jugando es cuando interactúan los unos con los otros y cuando empiezan a desarrollar su empatía, ya que se intercambian juguetes, se esperan para tirarse del tobogán,...

    Los premios funcionan mejor que los castigos, este es el título de una página en la que he buscado información, y me ha sorprendido el hecho de que con tan pocas palabras haya dicho algo tan grande de tanta información, y por tal motivo es que la escribo tal cual. 
    Si tú a un niño le riñes por haber tirado una envoltura del chicle al suelo, este va a reaccionar mal porque le estás castigando y eso a nadie le gusta. Pero, ¿y si en vez de portarte así con él, haces algo para que la próxima vez no arroje basura al suelo y le entren ganas de reciclar? A parte de que reaccionaría de manera alegre y motivada para hacer una labor comunitaria y para el planeta, que es con la finalidad con la que se introducen los juegos, te ahorrarías el pensar qué castigo ponerle y la culpa de que el niño se siente mal por haberle castigado.
    Sería muchísimo más útil motivarlos con un juego para que aprendan a realizar determinadas tareas que castigarles si hacen algo mal, puesto que lo único que se consigue es enrabietarlos y, dependiendo del niño, la próxima sería aún peor porque no le ha agradado que le riñas y por tal motivo se "tiene que quedar encima tuya". 

    Seamos como los niños, juguemos para socializar, para aprender y para empatizar, porque,..., ¿por qué los mayores ya no jugamos? GAMIFIQUEMOS LA VIDA y todo será más fácil y divertido 😆

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